El río es un elemento del paisaje, a menudo el más “salvaje” de nuestro entorno cotidiano. En algunas leyendas, el río y sus imaginarios habitantes serán símbolos de riqueza y fecundidad, pero en otras, serán el origen de todas las desgracias y sus imaginarios habitantes los personajes más temidos. Si hablamos de los mitos positivos asociados a La Tordera debemos hablar del mito de la mujer de agua, una de las leyendas más conocidas y difundidas del Montseny.
Las hadas, mujeres de agua o encantadas eran mujeres de gran belleza que vivían en palacios bajo las aguas o en cuevas profundas y llenas de riquezas.
Solían bailar de noche, lavaban la ropa a orillas de los ríos y los estanques y, la tendían a la luz de la luna. Aquel que pudiera cogerles una pieza tenía la prosperidad asegurada. Su principal actividad consistía en hechizar, hadar, embrujar o encantar a la gente: estado en el que el hombre quedaba anonadado ante su presencia. El mito sobre la existencia de mujeres de agua lo encontramos en diferentes lugares del massís: Arbúcies, Gualba, Riells, Fogars de Montclús, Viladrau y también fuera de aquí.
Las hadas, mujeres de agua o encantadas eran mujeres de gran belleza que vivían en palacios bajo las aguas o en cuevas profundas y llenas de riquezas.
Solían bailar de noche, lavaban la ropa a orillas de los ríos y los estanques y, la tendían a la luz de la luna. Aquel que pudiera cogerles una pieza tenía la prosperidad asegurada. Su principal actividad consistía en hechizar, hadar, embrujar o encantar a la gente: estado en el que el hombre quedaba anonadado ante su presencia. El mito sobre la existencia de mujeres de agua lo encontramos en diferentes lugares del massís: Arbúcies, Gualba, Riells, Fogars de Montclús, Viladrau y también fuera de aquí.
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