Gracias a la forma especial, al color tan lustroso de sus hojas y a los frutos rojos que ofrece, es la planta que más se ha utilizado durante años para las decoraciones navideñas. Su empleo ha degenerado en abuso, que ha llevado a la prohibición de comercializarlo, ya que forma parte de la dieta de algunos animales que pueblan nuestros bosques y que encuentran en los frutos su alimento durante el invierno más riguroso.
Además de la variedad de la planta de color verde, hay otros híbridos que tienen unas hojas matizadas con blancos y amarillos, cuyos frutos son de color rojo con forma de bolitas. También podemos encontrarlos en los comercios, siempre y cuando tengan certificada su procedencia.
La tradición de poner esta planta como adorno dentro de casa viene de muy lejos. En la Antigüedad era muy venerada porque simbolizaba la fertilidad durante el invierno y aportaba un toque de vida a la naturaleza y al propio hogar.
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